jueves, 6 de octubre de 2016

QUIEN AMA LA VERDAD, NO DEBIERA TEMER TANTO A LA MUERTE

Quien escribe tiene la fuerte experiencia de haber sido ateo muchísimos años y amante asérrimo de "la Verdad", única guía moral y espiritual por aquellos años. Las curvas del camino, hizo que que viviera siendo ateo, un milagro de ribetes muy duros y especiales, esta experiencia hizo que me volviera creyente y aceptara a nuestro Señor Jesucristo como mi único dios y salvador de nuestra vida. Pasado un corto tiempo comencé a ver que amar con nobleza y entereza a "La Verdad" tiene mucho en común de amar y querer a nuestro señor, pues claro La Verdad es "ESENCIA" de nuestro señor y todo converge en Dios.
Si como ateo, entendí que la creación de verdad no era casualidad y si una enorme causalidad para que todo contribuya para que la vida sea una realidad en esta comarca del universo, si semejante cosa juega a favor de nuestras vidas, como no iba a haber algo más para después de la misma, era muchísima creación para tan poca vida, algo casi sin sentido, era como ser solo una chispa en la enorme dimensión de la eternidad, por lo menos yo siempre lo vi así. Al ver la mano de Dios obrar en un ser querido, tuve la seguridad que algo divino hay mas allá de la vida mundana, entonces como ateo creyente en la verdad y como creyente en nuestro Señor Jesucristo, tuve y tengo la sensación y convicción que "seguro hay algo mas allá de nuestro paso mundano". Esta visión me  ayudó mucho a entender y saber esperar con fe y confianza lo que depare nuestro destino final. Y quiero muy a propósito recordar algo muy esperanzador que no es otra cosa que una frase, que tengo de cabecera en el facebook y es de un elegido como fue Rabindranath Tagore y decía lo siguiente;
"La muerte no es la extinción de la luz, es sólo apagar la lámpara porque ha llegado el amanecer."
Que llegue a todos la bendición de sentirse con fe y esperanza.
Hasta la proxima.
                                      CHNN