viernes, 24 de marzo de 2017

LA  POLÍTICA  ES  LA GRAN EXCUSA

   Y tanto lo es que si lo pensamos bien, casi que nos convencemos que su existencia no es real, es mas vale un medio para la práctica de las maldades peores que experimenta la raza humana, tales como son la " codicia y la avaricia"
   Salvo muy raras y esporádicas ocasiones, en que hombres íntegros y de bien han tenido la oportunidad de gobernar y por cierto con dificultadas bien marcadas, que le colocaban los que se dejan llevar por estos males tan dañinos.

  La avaricia (Latin, avaritia), es el afán o deseo desordenado de poseer riquezas, bienes, posesiones u objetos de valor abstracto con la intención de atesorarlos para uno mismo, mucho más allá de las cantidades requeridas para la supervivencia básica y la comodidad personal. Se le aplica el término a un deseo excesivo por la búsqueda de riquezas, estatus y poder. La codicia, por su parte, es el afán excesivo de riquezas, sin necesidad de querer atesorarlas. La codicia (o a veces la avaricia) se considera un pecado capital.

      Es demasiado visible a mi entender, que la política o la dirigencia es muchas veces una máscara de estos dos terribles males.
       Las principales inclinaciones políticas del mundo, son la derecha, la izquierda y  el centro en algunas más rara ocasión.  Vemos con naturalidad que los políticos de derecha son generalmente, personas de buena situación económica y que bajo sus mandatos velan por sus intereses y los de su círculo de amistades y parientes y poco importa de la vida le depare al resto de la sociedad, que pasa por situaciones dificilísimas para poder sustentarse, apareciendo la indolencia y la falta de compromiso y solidaridad.  Pero los de izquierda que generalmente son de muchos menos recursos llegan al poder y se vuelven hiper ricos de la noche a la mañana y hasta recurren a lavar cabezas para perpetuarse en el poder y la indebida riqueza, se vuelven burgueses acérrimos, cuando los han vivido criticando hasta llegar al poder, una vez en el también aparecen los dos males, la codicia y la avaricia. Es entonces que nos permitimos decir que la política no existe, es una máscara para poder concretar estos pecados, que están plagados de corrupción.
     Pero distintas dirigencias se hacen a la práctica de estos males,  los empresarios se vuelven sin escrúpulos y deciden esta práctica que solo perjudica al pueblo sano y llano, creando monopolios y oligopólios con finalidades casi horrendas.  Pero no termina ahí, también la corrupción llega a los dirigentes sindicales, que con arreglos espurios, también se vuelven multimillonarios en muy poco tiempo, también pasa en la dirigencia de clubes, de cooperativas y hasta en algunos religiosos que se manchan por riquezas indebidas. En conclusión es grande el espectro que con una función pretende tapar la desmedida ambición y la práctica de estos dos de los peores males por su maldad misma. Es entonces que las diferencias políticas la mayoría de las veces no son tales, lo que realmente ocurre es una falencia Moral y eso es mas grave aún.
         De verdad con los años es lo que siento y no voy a decir otra cosa que lo que realmente experimento para mis adentros.

                                                         CHNN
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